Tarde deportiva.

Mi hija menor cursa el 4 año bàsico. Llegò al colegio a pre-kinder, es decir, este es su sexto año en el colegio; hay muchos compañeros con los que viene desde el primer año.

El año pasado y por medidas tomadas por rectorìa del colegio, se unificaron los tres cursos, que para entonces eran los terceros, para el 2005; debìan quedar dos cursos. Efectivamente el bajo nùmero de alumnos de este nivel, obligò a tomar tan dràstica medida. Nos rebelamos ante tan complicada decisiòn, pero con todo el respeto que merecen las autoridades de nuestro colegio. Enviamos carta al rector, participamos en entrevista. Los presidentes de los tres cursos fuimos citados a diferentes reuniones donde se nos informaba sobre el sistema y criterio que serìan utilizados para tal medida. La verdad sea dicha , una de las cosas que màs nos preocupaba, era que nuestros hijos pudieran seguir el proceso educativo con la misma profesora. Durante el año, ella habìa demostrado su eficacia, entrega y profesionalismo, convirtiendo nuestro curso, en uno de los mejores del colegio. No sòlo trabajaba con los niños, sino el trabajo realizado con los padres, habìa sido espectacular, integrando casi al 100% de ellos a las actividades extracurriculares que organizabamos. Sabìamos que la mitad de nosotros quedarìa feliz y la otra mitad, bastante tristona, luego de saber la resoluciòn adoptada.

Pasaron los dìas, y durante el mes de enero fuimos notificados, vìa correo tradicional, de la decisiòn con respecto a cada alumno. Cuando abrì el sobre, me tiritaban las manos y cuando finalmente pude leer lo que decìa, llamè a mi hija para que ella misma viera el resultado. La carita de felicidad que puso cuando se enterò que seguìa con su tia Johanna, muy dificilmente serà olvidada.

Llegò la primera reuniòn, y todos nos miràbamos.....se formaron tres grupos, los del A, del B y del C, pero obviamente los que habìamos formado perte del ex-B, nos sentìamos dueños de casa; ademàs, era "nuestra profesora" quien nos hablaba. Elecciòn de directiva y por tercer año consecutivo, no sè si como una maldiciòn para el resto, pero nuevamente fuì nominada ( reconozco que no fue elecciòn) para ser la presi. Nos juntamos, planificamos y fijamos una actividad pensando en la unificaciòn del curso. Debo decir, que los niños a la semana ya estaban super integrados......somos los adultos a quienes nos cuesta.

Llegò el dìa de nuestra tarde deportiva, todo muy bien planeado, con una asistencia confirmada de 96% ( sòlo una nenita no participarìa, por problemas personales), se veìa venir una buena actividad.

Temprano en el colegio, directiva en pleno y por supuesto, la profesora y su familia; una hermosa familia. Terminamos de ver detalles, todo listo y adornado, con la colaboraciòn ademàs, de apoderados que iban llegando. La nenita que no participarìa, llegò con su papà, alegrando aùn màs el momento que vivìamos...........es decir, asistencia completa.

Nos fuimos al gimnasio, empezaron las competencias dirigidas por la tìa Johanna y nuestro flamante delegado de deportes, que hizo un excelente trabajo ( bien Mauro). Carrera de tres pies, en sacos, tirar la cuerda ( conocì el suelo del gimnasio), los pelotazos de la matanza ( tuve el gusto de entrar y salir, anque un angel permitiò que participara un par de minutos màs; angel al que matè.......¡¡¡¡¡Marlene Judas!!!!!!). Cansados pero felices, nos fuimos al almuerzo. Cuando nos sentamos y mirè la mesa, recièn dimensionè lo que todos habìamos logrado. Estaba repleto, con màs de 100 personas, todos contentos, alegres, super integrados; el objetivo ya estaba logrado y aun nos quedaba mucho tiempo por compartir.

Cuando terminamos la actividad; con una tia Johanna muy, muy cansada.....y con razòn, trabajò desde el principio hasta el final y siempre con una sonrisa; con una ¡¡¡energìa!!! ( que no sè de donde saca.....de las ganas de que todo salga bien y el amor que entrega en todo.....eso debe ser); nos dimos cuenta o màs bien dicho confirmamos, que cuando la cabeza anda bien, cuando el trabajo està bien hecho, con esfuerzo y amor, no importa quienes estèn, siempre serà un èxito.

La evaluaciòn es fantàstica, terminamos con un curso que no volverà a ser A, B y C, seremos el 4 B............el curso de la tìa Johanna, ese que empezò con algunas dudas para quienes no conocìan su trabajo y con la certeza y seguridad del èxito, para quienes sì tenìamos el privilegio de conocerlo.

En las tìpicas charlas luego de todo, el comentario era unànime dentro del grupo de apoderados que venìan de las otras letras ( no vuelvo a mencionar las letras, la tìa nos tiene advertidos......jeje); " es lo mejor que nos pudo haber pasado..... el cambio de curso".

Si en nuestro sistema educativo existieran màs tìas Johannas, por Dios que distinto serìa todo. La receta no es tan difìcil; profesionalismo, entrega, amor, dedicaciòn, honestidad, trabajo a conciencia.......claro, todo acompañado de una vocaciòn especial; quizàs eso es lo que cuesta encontrar.