miércoles, febrero 09, 2011

Rere.


Desde que tengo uso de razón, veraneo en Rere, pueblito a 21 kilómetros de Yumbel. La atracción más importante son las campanas de oro de la torre de la Iglesia. Para quienes vivimos de niños y lolos muchos veraneos, fiestas patrias, semanas santas y otros, es atrayente, pero para otros es un pueblo sin gracia que ni siquiera tiene un río cerca. De hecho quien es ahora mi ex marido, nunca fue con agrado, pero aceptaba ir por pocos días mientras mi mamá vivía, pues eramos atendidos como reyes. Mis hijas y sobrinos lo pasaban súper, mucho que explorar, regaloneos con la abuela y sobretodo la convivencia con primos y tíos que siempre ha sido importante para ellos, nos ingeniábamos con la abuela para llevarlos a algún río, generalmente a Tomentuco. Partíamos en carreta bien temprano, la gueli con los nietos en el vehículo y los demás caminando al ladito. Por las noches solíamos ir a la era a sentarnos a mirar las estrellas y escuchar las historias que tía Marlene contaba, que generalmente eran las mismas todos los años. Pensábamos que cuando crecieran se acabaría el entusiasmo por ir, más aún cuando la abuelita falleció, pero no, sigue latente. Este año pensando en que el terremoto había afectado mayormente la casa, que es en buena parte de adobe, decidí que nos iríamos a las termas de Chillán, PERO, fui el fin de semana y además de constatar que el daño no fue tanto, mis nenas se entusiasmaron por volver.......así que estoy viendo la forma de deshacer el trato de Chillán o traspasar a otros.....El papá de mis nenas no entiende como es posible tremendo cambio...debe ser la sangre que tira, insisto, para quienes no tiene que ver con Rere, no hay feeling.....pero nos cautiva a quienes pertenecemos de alguna forma a la historia del pueblo.